lunes, 10 de diciembre de 2012

A quien fue todo:

Te escribo para decirte que tú no eres tú. Y que no tienes los ojos cerrados. Simplemente no tienes. Se los has vendido a él para que vea por ti, y la culpa sólo es tuya. Llevo contigo de la mano más tiempo del que puedo recordar y jamás me habían herido de esta manera.
Siempre has sido independiente y sólo podían atarte los nombres de los hombres a los que les dabas algo más que cama, tambien corazón. (error). Ellos siempre han marcado tus prioridades. (error).

Espero que valga la pena. Y que no notes mi pérdida, aunque para ti llevo ya mucho tiempo muerta. Emperatriz de las mentiras, no sabes lo que es llorar por un motivo cierto. Adultera(ba)s tus palabras como la peor de las drogas. Y yo adicta.
Pero por favor, no te preocupes (pero qué estoy diciendo, tú preocuparte, y menos por mí.), tú no tendrás el vacío que yo tengo y nadie ocupará mi lugar. Hace muchos veranos que no tengo espacio ni ocasión en ti.


Por último, considéralo un favor personal, quítame el cuchillo que clavaste en mi espalda, que yo no llego. (a ser tan zorra, quiero decir)



"En realidad mi rabia no es más que tristeza."

jueves, 22 de noviembre de 2012

brindar con vasos vacíos

No tengo mucha idea de cómo describir ésto. ¿Alguna vez voy a dejar de echarte de menos? Dicen que el duelo de la pérdida dura dos años. He comenzado el primero y esto no remite. Pienso en ti continuamente y no creo que te gustase lo que vieras si me miraras ahora mismo.

"él era genio y figura"
"siempre le llamaban para cualquier fiesta, todo el mundo se lo pasaba en grande con él... pero era un hombre triste"

Soy tú. Tu esencia forma parte de mí, desde siempre, no desde que te fuiste. Tengo un acento amargo. Y es inevitable.
Hace poco cobró sentido algo que nunca he sido capaz de entender. La música que me movía por dentro como ninguna otra resultó ser la tuya. Y yo nunca lo supe.
Me suplico a mí misma no olvidar ningún detalle de tu cara, tus cicatrices, tus manos de pentagramas que nunca estudiaste. Tu talento. Tu aliento. Tu manera de abrazarme y la manera en la que me llamabas. Y tu forma de mirar, de mirarme, como si fuera tu único motivo.

Cúrame de mí misma, porque estoy empezando a terminar conmigo.

domingo, 4 de noviembre de 2012

sistemas de gobierno en la historia de un cuerpo

Un cuerpo. Su cuerpo.

Cuando le conocí pensé que la anarquía era la única reina de su cama, ya que ninguna pasaba por ella más de lo estrictamente establecido en el manual de sudores de una noche, o de un breve lapso. Y aunque fallé y acerté a partes iguales, para mi desgracia ya había un "ella" con nombre, apellidos y mirada turbia. Eso era aún peor que mi primer pensamiento. Tal vez se pudiera borrar un débil recuerdo de algunas sombras, pero destronar a la primera dama nunca ha estado hecho para mí. Dictadura, y de las peores jamás vistas.

Y sin embargo, todavía sigo sin explicarme muy bien cómo, llegué y fui democracia. Y la más limpia y honesta de todas; porque en las elecciones de cada noche, vuelvo a ganar por mayoría absoluta a todo(as), incluso a lo anterior.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Ya no recuerdo lo que era dormir abrazada a un cuerpo, ni los besos de buenos días con los ojos hinchados, o los desayunos a base de piel antes del café.
Las siestas de horas sin manecillas y las llamadas de madrugada.

No quedan ni los despojos de todo eso en mi memoria. Pero pensándolo bien, para qué.
Has dinamitado todo para ocupar su lugar.

jueves, 11 de octubre de 2012

trescientos sesenta y cinco días, o infiernos.

Te echo de menos. A ti, a tu persona de antes e incluso a la que me dejó, aunque ya no fueras el mismo. Echo de menos tu olor y la habitación cargada de humo. Y ahora entro y ya no hay nada que me recuerde que estuviste ahí tanto tiempo. Me repito cada día que nunca volveré a verte y que eres polvo, pero sigo en ese día.
Tus manos. Tus requiebros en la guitarra, tu mirada dorada al verme llegar. La cicatriz al lado del ojo. Y que me vieras siempre pequeña.
Han pasado trescientos sesenta y cinco días. Y parece el día de después. Todos creen que me entienden, tratan de imaginarlo, pero no se puede imaginar lo que es lo irremediable, las manos atadas, el vacío. El hueco insalvable.

Te cambio mi vida, pero vuelve.


"Y aún lo recuerdo como si fuese ayer.
Y me recuerdo a mí en medio de todo eso buscando una salida.
Desde entonces no he podido.
Y me habría cambiado por ti en ese momento por no haber cargado este después."
el resto, aquí.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

beings of light

Me proteges. A veces de mí misma. Es como si estuvieras en el aire y a veces te inspirara (en ambos sentidos) y le devolvieras a mi pecho su sano ritmo. Sin contar el abanico de sonrisas con el que me liberas y me enfrías el verano. Aligeras las cargas y eres mejor que las gargantas de agua.

Tal vez el abecedario referido a nosotras no sea una mera casualidad.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Confieso que esta tarde lloraba al otro lado del teléfono sin que tú siquiera lo sospecharas.
Confieso que a él le vi como nunca quise verle.
Confieso que me dejé llevar a donde nunca debió llevarme.
Confieso que no puedo escuchar una guitarra.
Confieso que tal vez ahí empezó todo.
Confieso que sufro una insatisfacción constante.
Confieso que cualquiera me parece mejor opción que yo.
Confieso que es superior a mí ser una fotocopia de mala calidad y en blanco y negro de alguien que ya tuviste. Y te has quedado con la mala versión.

sábado, 21 de julio de 2012

No me atreví a decirle que anoche tuve que aguantar las lágrimas en ese mismo instante en el que él contuvo el aliento.
Me conmueve tenerle. Me adormece la garganta en cada beso, y huyo de los espejos que nos reflejan cerrando los ojos para besarle al verme diminuta a su lado.
No hay otro regalo ni requiebro como el de sus labios mordidos cuando cae al suelo mi última prenda de ropa. No, definitivamente nunca me dijeron algo tan bonito en silencio. Y yo, sólo puedo concederle letras, y soy pobre hasta de palabras.

Discúlpenme los presentes, pero daría todas sus vidas y hasta probablemente la mía por su sonrojo.



(qué ganas tenía de decírtelo,
de pronunciarlo mirándote a los ojos
y cuánto disfruté que ni te lo imaginaras)

lunes, 9 de julio de 2012

Lo dijiste. Lo pronunciaste en un susurro que sólo pueden oír las mariposas. ("Te necesito") Y en vez de sonreír, me entumecí. En teoría teníamos los días contados y ya me había acostumbrado a eso. Pero me rompes los esquemas de nuevo. Más abismos.
E insistes. Otra grieta.  Persistes. Fisuras.

Mi carcasa resquebrajada. Se me está cayendo la cáscara y no me quedan manos para recogerla y ponerla de nuevo sobre mí. Y es cuando me da por huir. Hoy has llegado a adivinarme. A descifrar y percibir. Como sólo antes había hecho una sola persona, hace mucho tiempo.
Y claro, pánico. Pánico y puro terror.


Soy un animal de costumbres, y tiendo a herir y lacerar. Por favor, antes de que te destroce a ti también, prométeme que te marcharás.


miércoles, 4 de julio de 2012

letra número tú

Atraes a los rayos con las palmas de tus manos. Tus manos. Tus manos y ese juego de nudillos. Ocultas tus pasos, como los pájaros.
Y eso de que tus ojos sean gris piedra es una de las mayores mentiras jamás pronunciadas. No eres tan dura. En el supuesto de ser sombra, son gris acero, de metal. Como tú, maleable ante la cantidad justa de calor. Y a veces, derretirte.

lunes, 25 de junio de 2012

-Tú quieres que se quede, ¿no? Pues díselo.
-Mi problema es que le quiero demasiado como para pedírselo.

sábado, 26 de mayo de 2012

Me recuerdas a las primeras amapolas de la primavera. Te cuesta abrirte y manchar de rojo.
Me fugo por los valles de tu espalda, renazco en la intención de tus dedos, me pierdo en tu nuca todavía sin ser.
Y mi camino a casa es el abismo de tu esternón al terminar y dejarle paso al resto de la piel.


A lo mejor para ti soy sólo un desliz. Pero tú para mí eres el mejor de los aciertos.



Te prometo que el Sol no se cansará de salir cada día.

miércoles, 16 de mayo de 2012

vino mayo y despertó

Eres de latido fuerte y mirada distinta. Tengo bajo el colchón la lista de todas las cosas que me gustan de ti, por orden de preferencia. Y a cada día contigo se llena de tachones y manchas, porque no me decido entre tu pecho y tu labio inferior.
No sé si a veces te arrepientes o ya simplemente te limitas a hacer lo que te apetece a cada momento, y por eso me restrinjo yo. Te juro que me contengo y me guardo algunos ases trucados en la manga, aunque a veces no me aguante y te quiera volar raso.

Me escondería para siempre en tu cuello. No te haces una idea de los suspiros con los ojos cerrados que llevo vendidos con la intención de que esto salga bien. Bien de verdad.

miércoles, 11 de abril de 2012

luces de emergencia

Ciento ochenta y dos días y medio. Es el tiempo exacto que ha transcurrido desde que me nos dejaste. Pero no fuiste el único en irte. Otra persona también lo hizo, también me dejó, pero de otra manera. De la manera en la que a todos, tarde o temprano, alguien nos deja. De esa forma de la que sabes reponerte antes o después. Y eso ya me da igual, lo único que hizo fue hundirme un par de metros más en el barro. Y fue todo seguido, y reconozco que tenía más de vegetal que de persona. Me abandoné. Pero tú... Tú.

¿Y ahora...? Quién coño va a pensar en mí ahora si tú ya no existes. Soy demasiado frágil para esto. No puedo. No me sostengo.

A mí nunca me supiste decir que no. Conmigo eras de otra manera, y fui el otro amor de tu vida. Vuelve de donde quiera que estés y hazme entender esto. Mantenme viva.

martes, 21 de febrero de 2012

Martes. Caóticos y estúpidos martes.
Hoy me ha costado más de la cuenta despedirme de la cama y ahora lo entiendo. No quería verme como estoy ahora. No quería que volviera a ella para secarme las mejillas y volverme de papel con las rodillas en el corazón.
Una madrugada en la que él no se queda e ignora las piedras de tu voz, una mañana en la que tu futuro se volatiliza y sólo quieres ver cámaras en las farolas, como Truman en Seahaven. El teléfono no logró arreglar todo este desastre. Ni siquiera ella consiguió que sonriera con su "nunca es tiempo perdido".
Y entonces me he dado cuenta: hoy era martes.

Y es que a mí, un martes hace unas 21 semanas se me paró el corazón. Y lo peor (o lo mejor) de todo, es que no hay manera de reanimarlo.

lunes, 23 de enero de 2012

Si algo soy, es inconveniente.
Se me parte el pelo, siempre llego tarde y cumplo más años que promesas. Nunca pido ayuda, aunque grito auxilio en silencio. Y me preocupo más por el color de las flores de mis muertos que por los vivos.
Hago planes que nunca se llevan a cabo, todo se queda en palabras huecas que resuenan en ácidos recuerdos.
Y sigo pareciendo la chica más triste de la ciudad.

Nunca he terminado nada de lo que he empezado, y si alguna vez así lo he hecho, todo acabó en fracaso. Fracasos de cristales sobre los que otros caminan descalzos. Y se cortan. Llevo decepcionando personas desde hace veinte años.
Para mí, siempre es tarde.

Tengo el perfil de ella, y la inseguridad y la amargura de él. Ojalá fuera como ella. Ojalá tuviera esa tenacidad y esa valentía. Porque es la persona más valiente que hay sobre este suelo que pisamos. Pero no, algo ha hecho que me empape de la melancolía que había en esos ojos amarillos que rasgaban las cuerdas de la guitarra.


No soy recomendable. Así que por tu bien, vete, date la vuelta y olvídate de estos ojos empañados.

domingo, 15 de enero de 2012

Romperé los retrovisores de cualquier coche para no mirar atrás.


(gran parte de la culpa de que haya vuelto, aunque sea así de poquito, la tienen el par de personas que (me) lo pidieron en la entrada anterior. gracias. y a los que seguís leyendo en silencio)