domingo, 21 de julio de 2013

Me besabas las piernas.
Con la vehemencia y el deseo del que sabe
que no durará para siempre.
Despacio.
Condurando el momento, abrazando la piel con los labios.

Me besabas,
casi hasta el alma.
Y ahora me preguntan los recovecos
-cada vez más acusados-
qué ha sido de ti.

Borré a las decenas de anteriores
y nunca me pareció suficiente.
Aunque nunca he sido tan guapa como cuando tú me mirabas.
Tus ojos se paseaban sin detenerse. Excepto en mí.

Me besabas.
Y los dos besábamos igual.
Y los besos fueron finitos,
al contrario que los caminos de tus dedos por la espalda.
Como los mares desatados en la cama,
que nunca serán tan tormenta.


Me besabas.
Y en realidad creo que escribo esto porque no te dejaste nada por besarme.

miércoles, 10 de julio de 2013

Esto de descubrir nuevas galaxias
teniéndote de rodillas.
La paradoja de que doblen las estrellas
si estás a la mitad de mi altura,
al nivel de mi cintura
multiplicando no sólo los versos.

Que lata el cuerpo y no sólo el corazón
pero en tu pulso. 
Que la piel sea sólo papel de regalo
y mis piernas el abrazo infinito.
Contraer el pecho para implosionar con más fuerza
y sólo separar el beso de los párpados si eres tú el horizonte.

sábado, 6 de julio de 2013

desencantamiento

A saber qué colchón,
qué cuerpo te habrás ganado esta noche
y a saber si habrás podido soportarte hasta que amanezca.

¿Sigue siendo tan vacío?
Debes no sentirlo estando tan lleno de recuerdos.

Nunca te he conocido, girando entre alcohol y bocas anónimas.
Riendo. Fingiendo. Todavía.
Aunque me sangren tus mentiras,
ojalá nunca olvides que la llaga está en tu cuerpo.

Por favor, continúa. Vuélvete simple.
Conviértete en cualquiera. Pónmelo más fácil.



...y tú sigues presumiendo de saber sobre guerras
y no te has dado cuenta de que ya somos Historia.