lunes, 6 de junio de 2011

Parece increíble que después de tantos y tantos años sigan brillando como el primer día. Continúan las caricias en el pelo y detrás del lóbulo derecho. Y las frases compartidas de las que ya ni saben por qué empezaron a recordarlas.
En sus manos entrelazadas parece que todo ha sido bueno y teñido de rosa. Pero las palmas de sus manos no cuentan la misma historia.

Tantas lágrimas. Tantos besos. Tantos roces. Tantos lazos. Y tantas arrugas hundiéndose en la piel mientras se clavaban los ojos un poco más.


(estoy desaparecida. llevo de exámenes desde el día 20 de mayo. lo peor es que no sé cuando acabo)