sábado, 29 de octubre de 2011


"Me está empezando a subir la cerveza", dijiste. Y entre los besos bajo luz naranja decidí el siguiente paso. Y ganaste tú.
No me atreví a pasar, pero entonces vi un paraíso de libros de pared a pared. Y probablemente los habías leído todos. Perdí la noción del tiempo leyendo títulos. Y sonreía mientras no podía elegir entre mirarte a ti o a las portadas.

No recuerdo nada más hasta llegar a la cama. Fue una cena sin la mesa puesta. Y siempre tímidos y a cámara lenta. Me mirabas cómo diciendo "enséñame alemán a mordiscos, te prometo saberte aprovechar". O tal vez fueran sólo cosas mías. El caso es que las palabras me saben a algodón de azúcar cada vez que suspiras.


(fotografía de Álvaro Manof)

domingo, 16 de octubre de 2011

Don't forget me,I beg

No debería escribir esto aquí, pero te lo debo, o me lo debo a mí. De cualquier forma, da igual, creé esto para plasmar sentimientos, no sólo palabras que parece que quedan bonitas.

Hablemos claro. Ya no estás. Ya no existes. De ti queda el continente, pero no el contenido. Y no pude despedirme, aunque en realidad nadie pudo.
Si soy sincera conmigo misma, la persona que de verdad eras, ya no estaba, quedaba algo, que ni siquiera se parecía al hombre con zapatos Pikolino y más de dos docenas de camisas en el armario.
Recuerdo saltar cuando aún quedaban dos o tres escalones, segura y confiada, sabiendo que me cogerías. Y eso hacías. Confianza ciega. Y después de cenar lograba hacerme un hueco entre el respaldo del sofá y tu pecho, y veíamos la tele.

Me obligo a quedarme sólo y únicamente con esos recuerdos, y autoconvencerme de que el resto de años, no eras tú. No eras la persona que eligió mi nombre y le dio el color amarillo a mis ojos. Así que, desde este puñado insuficiente de palabras me despido, y te pido que ahora, cuides de mí, porque voy a necesitarlo papá.

Y nunca, en un sólo momento, dejé de quererte.

lunes, 3 de octubre de 2011

Lo peor que te puede pasar es que una persona pueda hacer contigo lo que quiera, lo que le venga en gana. Y lo sepa. Esa es la mayor vulnerabilidad de todas.