jueves, 22 de noviembre de 2012

brindar con vasos vacíos

No tengo mucha idea de cómo describir ésto. ¿Alguna vez voy a dejar de echarte de menos? Dicen que el duelo de la pérdida dura dos años. He comenzado el primero y esto no remite. Pienso en ti continuamente y no creo que te gustase lo que vieras si me miraras ahora mismo.

"él era genio y figura"
"siempre le llamaban para cualquier fiesta, todo el mundo se lo pasaba en grande con él... pero era un hombre triste"

Soy tú. Tu esencia forma parte de mí, desde siempre, no desde que te fuiste. Tengo un acento amargo. Y es inevitable.
Hace poco cobró sentido algo que nunca he sido capaz de entender. La música que me movía por dentro como ninguna otra resultó ser la tuya. Y yo nunca lo supe.
Me suplico a mí misma no olvidar ningún detalle de tu cara, tus cicatrices, tus manos de pentagramas que nunca estudiaste. Tu talento. Tu aliento. Tu manera de abrazarme y la manera en la que me llamabas. Y tu forma de mirar, de mirarme, como si fuera tu único motivo.

Cúrame de mí misma, porque estoy empezando a terminar conmigo.

3 comentarios:

  1. Dos años? Eso lo dijo alguien muy optimista.

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  2. Realmente eres grandiosa escribiendo, consigues que afloren los sentimientos rítmicamente, sin forzar.. Creo igual que Juan Antonio, dos años es ser muy optimista.

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