jueves, 26 de agosto de 2010

Me escudo en indiferencia y desenfreno, en pereza y desidia para el amor y para repetir susurros. Como si pudiera olvidar cualquier mirada que se clava en mis hombros por las noches. Como si no fuera a recordar las copas que yo no pago y que nunca van a más.
¿Que por qué? Porque no puedo soportar la idea de convertirme en un número más para alguien o que dude de mi nombre a la mañana siguiente. Me aterra la idea de formar parte de una lista borrosa.
¿Pero a quién quiero engañar? Soy una romántica enfermiza. Que se sonroja con los detalles clásicos y sonríe cuando no sabe qué decir. Que se derrite con una caricia en la espalda y explota con un beso. Como si la hubieran rescatado del siglo pasado.

Quiero que me hagas sentir así. Y ya.

martes, 24 de agosto de 2010

Me enloquecen tus mayúsculas en la palma de mi mano.

domingo, 22 de agosto de 2010

No es por su media sonrisa. Ni porque arrastre cada sílaba de su nombre en silencio. No es porque me brillen los ojos con su luz y sus palabras, ni porque me bailen los dedos entre sus espacios. Ni por los trabalenguas y los laberintos. Ni porque me vuele el aire entre las manos. Ni porque me vea con los párpados cerrados y destape las mentiras de mis labios y mi espalda. Ni porque quiera romperme el pecho.

La verdad, es que creo que me faltan razones y me sobran motivos.




(y ya vuelvo para quedarme, espero)

miércoles, 18 de agosto de 2010

Sólo podía ver el precipicio que había dejado tras ella. Un dolor ajeno, pero inevitable e irremediable. Culpa, ascuas y brasas que aún no habían dejado de dar calor y una inquietante sensación de ligereza.
Comenzaba un camino sola. Su camino.
A partir de ahora todo sería nuevo, hasta las sábanas en las que dormiría y el suelo en el que otros temblarían por ella y por sus ojos. Todavía le costaba imaginar y admitir que no sería la mirada de César la que la desnudase, pero cuando ya sólo quedan besos por compromiso, no quedaba mucho más por hacer.


¿se-ten-ta-y-cin-co? vosotros sois muy bonitos me parece a mí ;)
(me voy hasta el domingo que camping, prometo volver)

Burn. ¿A que es genial?

martes, 17 de agosto de 2010

Olas y luces

No es la historia de chico conoce chica. O tal vez un poco sí. Es la historia del primer beso y seis años borrosos hasta llegar aquí. Y tú, intermitente. Como las mareas del Mediterráneo.
No voy a ser la que espera y suspira, ni la que se abre el pecho para que venga un balazo a reventarla a bocajarro. Porque hasta los latidos se cansan de latir.

sábado, 14 de agosto de 2010

Argentada

Definitivamente no era una chica corriente. Delgada y con el pelo oscuro enmarcándole la cara y sus grandes ojos profundos. Como tantas otras con las que te cruzas cada día. Y sin embargo en una sola mirada conseguía atraparte. Era una montaña rusa, y tenías que agarrarte fuerte con cada looping, o caerías al suelo.
Dormía en bañeras, se contaba las pecas de la nariz y en casa nunca se ponía pantalones. Miraba a las farolas de reojo y retenía la luz de la luna en la palma de la mano. En la misma con la que daba de comer a los leones. Y a ti.

jueves, 12 de agosto de 2010

Glitter smile

¿Sabes qué? Hacía tiempo, tal vez y probablemente demasiado, que no leía algo tan bueno y que me hiciera pensar "me gustaría ser ella".

Es sorprendente. Siempre confundo el azúcar con polvo de estrellas y la purpurina con el de las hadas.



(Sí, he vuelto :) y he echado mucho de menos esto)

jueves, 5 de agosto de 2010

22:13. Tú dando tumbos. Como siempre, supongo, aunque no lo sé a ciencia cierta, sólo lo intuyo en tus ojos. "¿Te encontraré?" No debes decirlo en serio. Precisamente ese es el problema, que vengas cuando vengas, vas a encontrarme aquí, con las manos sobre las rodillas. Probablemente tú no lo harías por mí. No me extraña, es lo más inteligente.
Tú. Y mis labios estallan.

Sólo el universo es infinito, y yo, como no-universo, he llegado al límite. A partir del último punto comienza mi propia carrera. Tu dorsal está en el suelo. Alcánzame si te atreves, valiente.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Crossfire

Si quieres jugar, no has podido elegir mejor contrincante, pero cuidado, no quieras parar en pleno fuego cruzado. No habrá oportunidad para arrepentimientos ni palabras viejas o amables. Sólo el plomo de la cama y cada beso que me insertes entre las costillas. Espero que no me perfores los pulmones. O me atravieses el corazón.