martes, 2 de abril de 2013

disculpa si te asusto II

Debes tener unos bosques tan bonitos bajo cada pulmón
que dudo en qué claro quedarme.
Pero primero, tienes que descorcharte.
Aunque ya trato yo de abrirme paso
(tranquilo)
con cuidado.

Supongo que debo respetar los espacios entre cada uno de tu lunares
para llenarlos de marcas de besos de tinta de limón
y que sólo se aprecien si ardes.

Imagino que el desgaste de tus rótulas
no tiene nada que ver con la resignación,
al igual que ese orgullo tuyo, que a veces desborda.

Y brillas sin luz directa,
                                              peor para el sol.


Y ya que hablamos de estrellas,
siento decirle que pronto seré yo quien te despierte
y no él.

Pero de lo que sí que estoy completamente segura
es que puedo reinventar
todo lo que antes hayas sido.
Y todo lo que con otras fueras.

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