Y se pierde... mientras la calle Segovia le canta desde cualquier esquina, no más lejos de donde llegan los pájaros que habitan en su cabeza.
Abstraída, con las tijeras abiertas y casi todas las ventanas cerradas, suspendida en lo alto del vértigo y siendo consciente de que no merece dibujar su nombre a solas, sin contar con él.
Paulette se ha enamorado de tus textos.
ResponderEliminarBonitos, bonitos.
Un beso de amapola,
;)