- Eres demasiado cuerda, necesitas un poco de locura.
- Ay Carlos, cómo se nota que no me conoces...
Y entonces me miró y arremetió contra mí, dándome en mi punto más débil.
- ¿Qué hacen las bailarinas, Lucía?
- No sé, ¿bailar? - contesté inocente.
- Mantener el equilibrio. Sé que a tu lado él sosegará poco a poco. Mientras tanto, tú, mantén el equilibrio.

No hay comentarios:
Publicar un comentario