
Dejando aparte su polémica y controvertida vida personal y su lamentable historial clínico, era capaz de subirse a un escenario y transformarse, convertirse en un Dios. Cuarenta y cinco años de carrera musical, casi cuarenta y seis... las palabras no alcanzan para una definición que se aproxime lo más mínimo a lo que llegó a ser,
a lo que es.Pura música y dedicación. Gracias Michael.
You are not alone.
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