Un cuerpo. Su cuerpo.
Cuando le conocí pensé que la anarquía era la única reina de su cama, ya que ninguna pasaba por ella más de lo estrictamente establecido en el manual de sudores de una noche, o de un breve lapso. Y aunque fallé y acerté a partes iguales, para mi desgracia ya había un "ella" con nombre, apellidos y mirada turbia. Eso era aún peor que mi primer pensamiento. Tal vez se pudiera borrar un débil recuerdo de algunas sombras, pero destronar a la primera dama nunca ha estado hecho para mí. Dictadura, y de las peores jamás vistas.
Y sin embargo, todavía sigo sin explicarme muy bien cómo, llegué y fui democracia. Y la más limpia y honesta de todas; porque en las elecciones de cada noche, vuelvo a ganar por mayoría absoluta a todo(as), incluso a lo anterior.
Algo tendrá tu democracia que hace que así sea.
ResponderEliminar:)
Al leerte entiendo por qué nunca sonríes cuando por la calle te dejas ver alguna que otra vez. Bonito blog y descubrimiento, desde luego.
ResponderEliminarHe dado con tu blog de casualidad y... Tengo que confesar que he leído todas y cada una de las entradas que tienes. ¡BRAVO! Sólo puedo decir eso... Había veces que parecía que hablaba yo, otras decían cosas que no me atrevo a decir en voz alta, y otras... Me han hecho sentir.
ResponderEliminar¡Sigue así! Y enhorabuena :)
Esto es brillante eh...
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