No debería escribir esto aquí, pero te lo debo, o me lo debo a mí. De cualquier forma, da igual, creé esto para plasmar sentimientos, no sólo palabras que parece que quedan bonitas.
Hablemos claro. Ya no estás. Ya no existes. De ti queda el continente, pero no el contenido. Y no pude despedirme, aunque en realidad nadie pudo.
Si soy sincera conmigo misma, la persona que de verdad eras, ya no estaba, quedaba algo, que ni siquiera se parecía al hombre con zapatos Pikolino y más de dos docenas de camisas en el armario.
Recuerdo saltar cuando aún quedaban dos o tres escalones, segura y confiada, sabiendo que me cogerías. Y eso hacías. Confianza ciega. Y después de cenar lograba hacerme un hueco entre el respaldo del sofá y tu pecho, y veíamos la tele.
Me obligo a quedarme sólo y únicamente con esos recuerdos, y autoconvencerme de que el resto de años, no eras tú. No eras la persona que eligió mi nombre y le dio el color amarillo a mis ojos. Así que, desde este puñado insuficiente de palabras me despido, y te pido que ahora, cuides de mí, porque voy a necesitarlo papá.
Y nunca, en un sólo momento, dejé de quererte.
Parece que nuestras vidas estén hiladas.
ResponderEliminarLo siento muchísimo
es precioso... :)
ResponderEliminarTe cuidará, estoy segura :)
ResponderEliminarObligarse a eso es algo grande :)
ResponderEliminares realmente buena, sencilla y emotiva. Muchos saludos, muchos animos.
ResponderEliminarLa piel de gallina.
ResponderEliminarRecordar lo bueno. Y ánimo.
Never mind I'll find someone like you.
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