Bienvenidos a escuchar historias de una bailarina de ojos verdes, que indican con sutil indiferencia que existe un corazón descuartizado y sus trocitos viajan por el miedo intentado refugiarse en las guaridas, o quizás sentirse más desperdigado.
Pero existe un corazón de color lluvia, con la fuerza del mar en un abrazo, y una letra a cada lado de su espanto que no indican hacia dónde van sus pasos... Deja que el tiempo pase, deja que el norte llegue, quizás encuentre algún pedazo...
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