lunes, 12 de septiembre de 2011

no love, no glory

Una vez le dijeron a alguien que por su forma de ser, sufriría mucho. Y no se equivocaron. Pero esa es otra historia. La historia del chico que miraba al infinito y se alojaba en habitaciones de lugares que ya no existen es otra.
El caso es que hoy me siento así. O no exactamente. E intentado ser quien no era, porque quedarme en mi piel era demasiado incómodo. Aunque tal vez la palabra sea lacerante.
Traté de sonreír, y en el primer abrazo, cuando no miraban, borré de mi cara cualquier indicio de despreocupación. Parece que las clases de Dramatización sirvieron para algo más que para cuatro funciones.


Y no hubo nada. Ni Luna, ni nubes, ni mis alas de azúcar. Me quedé aún más vacía. Y me di por perdida.

3 comentarios:

  1. Que texto tan intenso!
    Creo que todos nos perdemos de vez en cuando. No está mal hacerlo, incluso a veces viene bien, siempre que sepamos encontrarnos luego : )

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  2. Me gusta, es triste y desgarrador, pero a la vez bello.
    muy buena entrada!
    saludos!

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