Definitivamente no era una chica corriente. Delgada y con el pelo oscuro enmarcándole la cara y sus grandes ojos profundos. Como tantas otras con las que te cruzas cada día. Y sin embargo en una sola mirada conseguía atraparte. Era una montaña rusa, y tenías que agarrarte fuerte con cada looping, o caerías al suelo.
Dormía en bañeras, se contaba las pecas de la nariz y en casa nunca se ponía pantalones. Miraba a las farolas de reojo y retenía la luz de la luna en la palma de la mano. En la misma con la que daba de comer a los leones. Y a ti.
*_*
ResponderEliminarPrecioso =)
ResponderEliminarmagico texto ,Lu!
ResponderEliminarperfecta *-*
ResponderEliminaryo quiero se ella !
ResponderEliminarCon tan poco, transmites muchísimo.
ResponderEliminarEs precioso el texto.
Me enamoran tus palabras. :)
argentada che, donde vive esa chica?
ResponderEliminarclaro que no se llama así, tenía que haber puesto punto y aparte pero en todas partes no vive, en todas partes solo vive Dios, ah... quieres decir... que... no, no?
ResponderEliminarque es omnipresente como Dios, o que es dios o diosa
ResponderEliminarHola. Hace un tiempo vengo escribiendo una historia. Me gustaría saber qué piensas. Ello me ayudaría a crecer. Gracias.
ResponderEliminarNo te imaginas cuanto me ha gustado leer esto!!
ResponderEliminarDefinitivamnte, no, no era una chica corriente jejeje. A esta chica la conozco yo de otro sitio en el que también se ponen fotos y textos... mmmm. Besos guapa!
ResponderEliminarQue gran texto! me ha gustado eso de "retenía la luz de la luna en la palma de la mano". Tú tampoco eres una chica corriente! escribes precioso! Un besito
ResponderEliminarGenial!
ResponderEliminarUn chica que da de comer a los leones de su mano no es corriente!
Un besazo!!