viernes, 18 de junio de 2010

Pajarito ♥

No suelo escribir este tipo de cosas en el blog, pero esto ha hecho que Pájaros en la cabeza tenga más pájaros que nunca.

Estoy emocionada. Pero en grado sumo.
Empezaré como debe hacerse, por el principio.

Anoche mi madre apareció con una pequeña caja. Me dijo que una de sus amigas había encontrado un polluelo delante de su casa y no podía quedárselo por su gato (ya ves tú, yo tengo una perra que siente pasión por los pajaritos, pero es más controlable) Yo no quería quedármelo, pensaba que probablemente moriría al poco tiempo, y mi alma de veterinaria frustrada se me estaba partiendo.

Esta mañana le he preguntado a mi madre por el pequeño ser de la caja y me ha dicho que sólo había bebido agua.
Suerte la mía de que uno de las aficiones de mi vecino, que es un hombre "para todo" (jardinería, cocina, bricolaje... lo que echen), fueran los pájaros. De pequeña entré en su casa y me enseñó una habitación con decenas de ellos, y podrían salir y entrar según les viniera en gana. Esperé a que fuese una hora medianamente decente y me acerqué a su casa. Le conté la historia y me dijo que era un "avión", que se les llamaba así porque hacían sus nidos en sitios altos y planeaban mucho y nosequé. Que la madre los alimenta de insectos y no había nada que hacer.

Juro que volví a mi casa llorando como una tonta.

No me di por vencida, busqué por internet centros de recogida sin ningún éxito, así que me puse a mirar consejos para criarle. No saqué mucho en claro, y nada resultó. Le saqué un ratito al campo, a ver cómo se defendía. Nada, el pobre era carne de cañón.

Decidí en un intento desesperado, llamar al veterinario. A la tercera fue la vencida y me lo cogió, dándome al momento un teléfono. Primero busqué en google dicho número: Centro de Recuperación de Fauna Silvestre y Educación Ambiental "Los Hornos". Llamo (...) y al ratito me devuelve la llamada un chico, preguntándome cómo llegar a mi casa, y acabamos quedando en un sitio cercano. A los 10 minutos le tengo frente a mí. Gracias, Pajarito, por haber acabado en mis manos y hacer le que conociera. Simpatiquísimo y sorprendido de ver a alguien tan joven hace un parte y me pregunta sobre el estado del pájaro y que "está muy vivo" (pues claro, que yo le traté con mucho amor) Y qué guapo era.
Después de despedirnos, darme la copia del informe y asegurarme que sobrevivirá, me grita que el teléfono está ahí apuntado por si tengo que dar otro aviso (¿y cómo te crees que he dado contigo, bonito?) Miré la firma: Andrés. Sonreí.

Pienso llamar dentro de unos días preguntando por Pajarito. Hasta le echo de menos...

5 comentarios:

  1. Qué historia Lucía,qué historia...tienes un corazón enorme.

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  2. Echaba de menos pasarme por aquí . Ya me he puesto al dia leyendo cada una de tus entradas.
    y habia olvidado la sonrisa que se esboza en mi cara al acabar de leer tus texto/historias (:
    realmente brillante

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  3. OOOHHHH *__* me encanta Sis (L) que suerte tienes =)

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  4. Uy, uy, uy, qué bien pinta esta historia... Del pajarito, digo ;) jeje

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  5. ¡qué bonito! ese pajarito es un amor.

    yo sólo te digo que no creo en las casualidades:)

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