Querría decirte que sonrío en cristales,
que cuento las palabras para que nunca sumen siete
y cierro los ojos para no perderte de vista.
Juego a adivinar donde estarán tus cicatrices
y quién fue el táser que marcó tu mitad.
Mientras tú me juegas al despiste, como si tuviéramos nueve vidas y no sólo este momento,
yo subo la apuesta a que tus cielos guardan caleidoscopios
que liman los salientes de tus hombros.
Sigues sin saber que he caído en tu voz en espiral
y que por ojos tengo perlas de olvido.
Que ya imprimí mis manos en tu piel de jengibre
queriendo cambiar la historia aunque repitamos escenario.
Por mi parte, intentaré que no te veas recogiendo mis caricias
ni llevaré la cuenta de lo que me queda por contar.
Interrumpe mi futuro. Irrumpe en mis planes.
Déjate convencer.