sábado, 20 de agosto de 2016

antes.

Regresar sobre charcos de hielo. Que no haya mirada al darte la vuelta.
Quererme consciente, sentirme ella.
Revolver los rotos, obviar los dedales.
Dejar impronta, morar constante, que no te olviden, que no te rajen.

Regar unas raíces muertas, cantar al árbol ya vivido,
ser la rama ya sin salvia, que siembren tu cuerpo sin río.

Sonreírte en tu sueño plagada de conchas,
volverte nido, vacío.

Que me recuerdes espuma y plata,
la brea te recorra por dentro y apenas me lamas.

Vuelve a entonces. No cambies nada.